Dios es generoso y nos llama a serlo también. Lo que hacemos con lo que Dios nos ha dado muestra al mundo dónde está nuestro corazón y ayuda a proclamar el evangelio. Queremos glorificar a Dios en cada aspecto de nuestra vida, incluyendo nuestras finanzas.
"En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir." - Hechos 20:35